Lamentablemente esta situación la vemos más de lo que quisiéramos. Por miedo a quedar solas y no conseguir pareja, muchas mujeres caen en la trampa de la dependencia o del maltrato. ¿Cómo podemos evitar ese miedo a estar sin pareja? Los especialistas nos dicen lo siguiente sobre el tema:
Hay personas que interpretan la soledad como aislamiento, como algo muy doloroso, y tienden a establecer relaciones dependientes. Pero también hay quienes se han encontrado a sí mismos en momentos de soledad creativa que viven como un sentimiento grato de autonomía, de libertad.
Éstas establecerán relaciones de complicidad, lazos que no irán en contra de su libertad interior. La clave para evitar caer en la trampa de la dependencia y de utilizar al otro para eludir esa desagradable sensación de vacío consiste en integrar, asumir, la propia soledad. Una persona que ha mirado a los ojos a la soledad, se ha reconciliado con ella e incluso ha aprendido a disfrutarla y a necesitar de momentos sin compañía, tendrá más capacidad de amar y sabrá hacerlo dando libertad al otro, sin proyectar en él exigencias desmesuradas.
A cierto nivel estamos solos: nadie va a tomar las decisiones fundamentales por nosotros, nadie puede sustituirnos a la hora de afrontar el dolor, la enfermedad y la muerte. Asumir esta realidad es uno de los pilares de la confianza en uno mismo y de la autoestima. Permite una entrega en el amor que no es asfixiante hacia el otro ni enajenante respecto a uno mismo.
