El hecho de que los bebés sean creados durante el acto sexual hace que resulte irónico que con su llegada se conviertan en un stop del, erotismo. Ser padres implica ser confiables y responsables, pero una buena vida sexual prospera gracias a la espontaneidad. Con los cambios de pañales y el sueño interrumpido, el sexo se puede convertir en una lucha. Pero el mejor regalo que le pueden dar a su hijo es mantener una conexión erótica y emocional como pareja.
■ Permitite algunos placeres. La maternidad carece de egoísmo y está llena de protección. Es por eso que ser una madre sensual puede parecer amenazante y despertar sentimientos de culpa. Conéctate con las cosas que te gustan: un baño de inmersión relajante, un paseo por la ciudad, sumergirte en un libro, una cena con amigos. Aunque no son de por sí actividades sexuales, te hacen sentir viva y juguetona.
■ El sexo es mucho más que el acto sexual. Cuando te sientes distante de tu pareja, la intimidad es el primer paso. Ninguna pareja puede sobrevivir a base de una dieta de piquitos. Si ves el sexo sólo cómo «acto sexual», te estás perdiendo de caricias, besos «chupones», palabras dulces y del humor. El sexo después de haber tenido hijos es más sensua
l que genital: la clave es tocar; no siempre hay que llegar al orgasmo.
■ Mantengan el interés mutuo. Siempre que llegas a tu casa, preguntas por los chicos, pero ¿le preguntas a él como está o le cuentas como estas tú? Es fundamental sentir que uno importa como persona y no solamente funcional. Ser personas erotizas significa dejar el rol de socios de Padres S.A. y disfrutar de la compañía del otro.