La mayoría de las parejas da por hecho que con el paso del tiempo, la pasión se enfría, lo cotidiano se expande y las relaciones se espacian, y lo que se impone es la rutina. La muerte del deseo es algo que nos parece natural al largo plazo en la sociedad competitiva y material en que vivimos. Sin embargo, no tiene que ser así. Existen maneras de conservar la pasión y la sorpresa en las parejas consolidadas. ¿Cómo mantener viva esa llama?
1. Cuestiona el matrimonio
El matrimonio es una empresa, o por lo menos así lo concebimos socialmente. A la vez que producimos (hijos, bienes, patrimonio), consumimos. Y eso puede ser agotador. La relación requiere de un espacio fuera de las tensiones de la vida cotidiana para preservarse, sobrevivir y crecer.
2. No des nada por sentado
Asociado a la idea del matrimonio como un proyecto en el que sólo impera la calidad de vida, también está la idea del compromiso y del contrato que significa. Es muy común que cuando las parejas se van a vivir juntas, el número de relaciones, lejos de aumentar por las facilidades de la cercanía y el espacio común, decrecen. Esto se debe a que asumimos que la persona a nuestra lado está atada por algo más que un vínculo emocional: tiene que vivir a nuestro lado por obligaciones sociales y económicas. A la larga, este «deber» suele remplazar al amor como coartada para vivir existencias ajenas bajo el mismo techo. Si desplazamos al amor de estas obligaciones, y lo entendemos como la razón de ser del estar juntos, no habrá miseria o preocupación que nos lo arranque.
3. Explora
La persona amada evoluciona, cambia, crece con el paso del tiempo. Y se convierte en un terreno que puede cambiar totalmente en su geografía y anhelos. Es cierto que nos casamos con una persona distinta de aquella de las que nos enamoramos. Y ese conocimiento debería ser suficiente para movernos a explorar, indagar, sorprender en todos los niveles: sentimental, erótico, intelectual. Mutamos y vivimos en un mundo implacable, pero hay algo de lo que podemos estar seguros: el amor sobrevive cultivándose todos los días.
Fuente | Guía para salir