Nuestra conducta puede afianzar los lazos de amistado terminar con ellos.
¿QUÉ DEBES EVITAR?
- Considerarte inferior: Deja a un lado el complejo de inferioridad y mejora tu autoestima. Anímate y valórate como si lo hicieras con tu mejor amigo.
- Dejar de creer en ti: Ríete de tus miedos a no gustar. Sé tú mismo y actúa con optimismo.
- Cerrarte a los demás: Busca oportunidades para relacionarte. Si te encierras en ti mismo, sólo tendrás la soledad por compañía.
- Relacionarte sin empatía: Presta atención a la forma en que dices las cosas, ponte en el lugar del otro y utiliza la asertividad para comunicarte mejor.
- Autoengañarte: Creer que lo mereces todo de tus amigos te conduce a la exigencia, una actitud que provoca tensión y alejamiento de los demás.
- Asignarte la razón: Ábrete a las opiniones de los demás, dialoga y comenta las diferentes posturas. La intolerancia sólo te cierra puertas; compartir te enriquece.
- Ser frío y distante: No dejes de lado la emotividad y el acercamiento. Gestos como una sonrisa o un abrazo son lazos de amistad.
¿QUÉ PUEDES HACER?
- Valorarte conscientemente: Reflexiona sobre tu valía y lo que puedes ofrecer.
- Salir de tu caparazón: No te recluyas. Lo que hay fuera no son peligros, sino oportunidades.
- Ser auténtico y sincero: Descubre el ser que llevas dentro y muestra tu verdadero «yo».
- Cuidar de tus amigos: Dedícales tiempo y demuéstrales cuánto significa su amistad para ti.
- Ser generoso en todos los aspectos: No escatimes a la hora de compartir cosas, sentimientos, opiniones, tiempo…
- Dejar el orgullo a un lado: Pon de tu parte y apacigua tu ego para resolver conflictos. Todos los esfuerzos que hagas por reconciliarte valen la pena.