Es sabido que las relaciones de pareja han cambiado profundamente en estas últimas décadas. Los especialistas nos cuentan cuales son las características de las relaciones amorosas hoy en día.
Por un lado, se ha producido una enorme desritualización de las relaciones (ya no se pide salir, ni la mano, y a veces ni siquiera se produce el noviazgo o el matrimonio). Por el otro, se ha llegado a una gran frivolización de los encuentros: según encuestas recientes, el 45 por ciento de las y los jóvenes de todo el mundo y el 43 por ciento de la población española han hecho el amor con una o un desconocido la primera noche, el 70 por ciento en Noruega, o el 54 en el Reino Unido.
Esto consigue que nunca quede demasiado claro cuál es el tipo de compromiso que estamos adquiriendo, dando lugar a ilusiones falsas, malentendidos, y a que la relación pueda llegar a ser muy importante para una de las partes, mientras para la otra sea sólo un divertimento. Es decir, la mentalidad de las sociedades de consumo nos lleva a buscar la parte más lúdica del amor. Es la valoración del placer instantáneo, por encima de cualquier otra faceta de las relaciones personales, como la intimidad espiritual o el compromiso, y esto provoca un modelo de amor pasional incompleto e incapaz de sustentarse con el paso del tiempo.