La mejor fiesta del mes, y tú sentado en un rincón. ¡Qué aburrimiento! Y la situación es aún peor cuando eres tú el anfitrión. Para disfrutar de las reuniones sociales hay que lograr el equilibrio entre el interés por los demás y la espontaneidad de uno mismo.
EL PROBLEMA: «Me siento torpe»: «Soy asesora de imagen, sé cómo sacar el mejor partido a la belleza y a a la personalidad de la gente. Pero al organizar una reunión me siento torpe, incapaz de crear un ambiente distendido en el que poder exponer mis ideas. La sola presencia de una persona distante es suficiente para que sienta que la situación me supera. Me retraigo, me pongo muy nerviosa, pienso que lo estoy haciendo mal, me siento ridícula y no participo activamente».
LA SOLUCIÓN: «Concéntrate en ti»: Sé realista, en todas las reuniones va a haber una persona cuya actitud te desanima. Si partes de esta base te será más fácil aceptarlo. Mira la situación en su conjunto y no dejes que te venzan los gestos o comentarios negativos. ¡Siempre tiene que haberlos! Si crees que tu comportamiento es un problema: puedes modificarlo. Deja de juzgarte y concéntrate en lo que estás haciendo y en atraer a las personas afines a ti. De esta manera podrás disfrutar de tu fiesta.