Problemas de pareja: La depresión entre las sábanas (I)

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La depresión es una enfermedad mental de difícil diagnóstico, ligada a otros trastornos que nos dificultan la vida diaria. Según el tipo, el grado y la severidad de esta dolencia, serán las consecuencias o los efectos secundarios con los que tendremos que lidiar. Conocerlos y tratarlos nos permitirá, de a poco, volver a encontrarnos con el tan ansiado equilibrio emocional.

Como es sabido, los síntomas más clásicos de la depresión son: trastornos en el sueño, desgano, falta de apetito, angustia, miedos, ataques de pánico y cambios de humor que nos sumergen de un instante al otro en el último de los subsuelos, lugar del que pensamos que no podremos escapar jamás. Con la evidencia de algunos de estos síntomas, que son los más leves, la visita a un médico especialista es, sin duda, el primer paso y el más firme en busca de una salida definitiva.

depresion2Si bien la consulta al médico para la recuperación es inobjetable, la cuestión es que, a veces, para estos tratamientos se utilizan determinados ansiolíticos, en paralelo a una intensa atención psicológica, que pueden afectar nuestra vida cotidiana y nuestras relaciones. Es en tal instancia cuando estos métodos, muy efectivos para la depresión, pueden ser contraproducentes con respecto a nuestro deseo sexual.

De todas maneras, esta situación no se torna grave en la mayoría de los casos. Sólo un veinte por ciento de los pacientes deprimidos, tanto hombres como mujeres, presentan problemas sexuales comprometidos, como la disfunción eréctil, la anorgasmia o la dispareunia (coito doloroso en la mujer). Lo más común es la desaparición de cualquier impulso o deseo sexual durante el período en el cual el paciente está atravesando su momento crítico de depresión. Como consecuencia lógica de estar pasando problemas de ánimo, hay sentimientos encontrados y una crisis mental que lleva al paciente a no generar el espacio, el tiempo y la energía necesarios para vivir un momento de intimidad, que requiere concentración, y brindarse al otro en cuerpo y alma.

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