La sexualidad de los hombres: Verdades y mentiras


«Los varones también tienen necesidad de ternura»
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Por supuesto: de darla y de recibirla, de ser cariñosos; no es ley que para ser más varonil haya que ocultar los sentimientos y afectos. Uno de los clichés que se escuchan es que un varón tiene que ser protector, y esto dicho también por muchas mujeres, como si ellos no necesitaran ser protegidos y cuidados. Si el dar ternura y afecto es bilateral y complementario: ¡entonces, vale!

«El varón no es el único responsable del placer de la mujer». Así es, ni el creador de los orgasmos de ella.
No debería ser el director de orquesta ni el macho activo ni el eterno conductor de los encuentros con las mujeres. -Muchos varones encuentran sumo placer y satisfacción en adoptar lo que otros.

«El varón siempre tiene que ir al frente» Erróneo. Este mito y el deber de estar disponible todo el tiempo y con todas las mujeres, siguiendo el modelo juvenil (que incluso en muchos jóvenes tampoco se da), ha traído más problemas que beneficios; es conveniente saber decir que no y aceptar los propios límites.

«El orgasmo se controla con una orden cerebral» . Mentira. Muchos hombres no conocen que es otro el mecanismo de control orgásmico. Piensan que no puede,haber interrupciones, demoras, cambios, dilaciones, momentos de calma y de descenso de esa excitación, que luego es totalmente posible retomar. Son los que van al hotel y a los 10 minutos están listos para irse.

En realidad, la erección no es la condición inicial para comenzar un encuentro sexual, sino al revés: se produce a posteriori de una estimulación adecuada (incluso este es el mecanismo de acción del sildenafil o similares). Es un disparate sexual pensar que si un varón no tiene una erección al entrar al dormitorio, ya no puede empezar un encuentro sexual. La erección no es la condición inicial, sino al revés: ésta se produce luego de una estimulación adecuada. No somos robots, ni máquinas de erector; somos seres falibles, cambiantes, con altibajos, ganancias y pérdidas, envueltos en éxitos y fracasos: la sexualidad no está al margen de estos vaivenes existenciales y hay que tenerlo en cuenta.

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