Para poder amar y tener una relación de pareja saludable es necesario tener cierta confianza en uno mismo, saber quiénes somos y cómo queremos llegar a ser. Pero también hay que…
1. Dar cariño. Cualquier momento es bueno para expresar palabras de afecto o admiración.
2. Preocuparse por el otro. Cómo le van las cosas, qué le preocupa o ilusiona, qué decisiones podéis tomar juntos, cómo le puedes ayudar… Interésate por tu pareja y ¡a diario!
3. Discutir «bien». Sin agredir, ni huir (muy típico de ellos), ni volver 20 veces sobre lo mismo (típico de nosotras). Sin negar que el problema existe (o asumir la culpa para terminar cuanto antes…).
4. Expresarse (y no «tragar»). Pero sin agresividad, escuchando lo que te contesta (no queriendo decirlo todo tú), no dando por hecho que el otro tiene mala intención, manifestando algún acuerdo con lo que dice (para ir acercando posiciones), proponiendo salidas, pactándolas, comprometiéndonos a llevarlas a cabo…
5. Inventarse una cita. Y eso significa pensar un plan, salir, disfrutar, compartir… y no sólo verse en casa al final del día, agotados y de mal humor. ¿Qué hacíais cuando estabais tan enamorados?
6. Comunicarse mejor. Con un lenguaje positivo, sin afirmaciones radicales, sin eludir ningún tema por cobardía o pereza, sin contraatacar (¡y tú más!).
7. Controlar los celos. Interpreta lo ocurrido de forma más racional, expresa con calma tus emociones, cultiva tu autoestima (los celos siempre hablan de una autoimagen por los suelos), reaprende a comunicarte más y mejor con tu pareja.
8. Perdonar. El perdón nos carga de energía positiva, nos hace mejores personas y nos llena de optimismo. Sin la capacidad de perdonar difícilmente podemos tener una relación de pareja sana.
