Pasar por alto sus necesidades (No es lógico que estés cansada, venir al cine te animará).
Hacer demandas irreales (Deberías buscar un trabajo que te dé más dinero, sin abandonar a los niños ni el cuidado de la casa).
No apreciar lo que hace por el hogar y la familia (Tienes toda la tarde para dormir)
No apreciar su trabajo (Para lo que te pagan, podrías quedarte en casa con los niños).
No apreciar sus amistades (Eres experta en echarte amigas manipuladoras o «freakies»).
Olvidarse de hacer lo que se comprometió a hacer (No he hecho la compra porque es tarde). Hacer de psicólogo (Tienes un complejo de Edipo que no me lo pone fácil).
Llegar tarde a casa y no avisar (No tengo diez años, para tener que pedirte permiso).
Decir que «cualquier persona con dos dedos de frente lo entendería».
