Ya hemos visto las máscaras más comunes para que podamos identificarnos y las máscaras que más solemos utilizar a la hora de no animarnos a correr el riesgo de ser auténticos. Pues, según los especialistas, la buena noticia es que cada una de estas máscaras tiene su versión luminosa, aquí se las presentamos y los invitamos a que se lancen por la conquista de la que les haga falta. Veamos…
1) La víctima: responsabilícese por todo lo que lo rodea. Aunque no lo parezca, cuanto más se responsabiliza del afuera más se sentirá liberado.
2) El pobrecito: pida ayuda sólo en lo que no puede hacer y observe qué necesitan los otros. Es bueno que los demás sepan que usted está dispuesto a ofrecer su ayuda.
3) El duro: reconozca que le hace falta coraje para mostrar sus emocionesy disfrute del encuentro con los que quiere.
4) El salvador: ayude por el placer de dar y muéstrese vulnerable para permitir que los demás lo ayuden.
5) La falsa Madre Teresa: trabaje en su búsqueda espiritual aceptando, en ese proceso, sus aspectos más mundanos y oscuros.
6) El negador: antes de decir que no y reaccionar tómese un tiempo para aprender y crecer con lo que lo incomoda.
7) El peleador: no necesita defender nada, hay mucho para aprender si no reacciona.
8 ) El provocador: encuentre la forma de ser querido sin avasallar a los otros,
9) El incontinente verbal: trascienda la incomodidad del silencio y quédese sin decir nada, probablemente los otros tengan mucho para decirle y usted, mucho para escuchar.
10) El adecuado: anímese a mostrarse «loco», sin estar pendiente de los juicios ajenos.