Junto con la alegría de tener un hijo, deben recordar que en el paraíso terrenal antes que el hijo estaban Adán y Eva, los padres bíblicos de la especie humana. Y que procrearon gracias a un acto de desobediencia amorosa.
Durante el embarazo
A medida que avanza el embarazo, la sexualidad se vuelve más comprometida porque el hombre se pone ansioso ante el próximo nacimiento, y disminuye su placer. Sólo el 75% de las parejas continúan las relaciones sexuales durante el último mes de embarazo.
Consejos: los futuros padres deben concurrir al curso de preparto para entender que no son culpables del posible malestar, pesadez y angustia ante el futuro hijo. Comprendiendo la maravilla biológica que sucede en la mujer, ambos aliviarán su culpa y él la ayudará a ella a reducir sus temores. Se debe mantener un acuerdo de pareja sobre si quieren o no tener encuentros sexuales. Las posiciones recomendadas para el tercer trimestre son las mismas que las del 2° trimestre.
Cuando nace el bebé, la atención de la madre hacia el recién nacido suele ser incondicional, dedicándose tanto a los cuidados posparto como a la lactancia, sus placeres y rigores.
Consejos: la cuarentena, de abstinencia sexual, no debes impedir acariciar y ser acariciado por la pareja que entró en el «club del tercero excluido y que puede sentir amor y celos del recién llegado. ¡Toque a su marido, señora por favor! Mímelo y que él la mime. Relación sexual no es sinónimo de coito vaginal, sino de placer corporal y amor. Si hay bajo deseo sexual y dolores corporales, recuperen las conversaciones tiernas, amorosas. Escuchen música juntos. Si no hay tiempo para el encuentro sexual, envíense mensajes de texto con declaraciones de amor y proyectos futuros de intimidad para reforzar la alegría de ser dos siendo también tres.