Cada vez tenemos más dispositivos tecnológicos a nuestra disposición que crean espacios de conexión. Más aún, la tecnología está a nuestro servicio, incluyendo áreas tan sensibles como la sexualidad. Aunque surge la pregunta: todo esto, ¿nos acerca o nos aleja?
Él le dio un apasionado beso en los labios y ella, sonriendo, se subió en el taxi. A los 45 segundos el sonido de un mensaje de texto que acababa de llegar a su celular decía: «Ya te extraño, preciosa». El efecto fue provocador de una indeleble sonrisa: era una reina hábilmente cortejada y dispuesta a responder a los avances de su amado.
La tecnología podría ser un elemento facilitador de los encuentros en tres momentos claves…
Antes: para establecer el contacto inicial. Hay personas que se conocen por Internet, vía chat, vía telefónica o mensaje de texto. En algunas ocasiones, estos contactos se dan directamente en el ámbito sexual (sobre todo entre los adolescentes), donde se envían desde palabras hasta imágenes provocativas.
Durante: suena algo extraño, pero puede suceder. La pareja usa la tecnología para «pre-calentar» el ambiente. Por ejemplo, en una reunión se mandan mensajes diciéndose cosas eróticas delante de otras personas, lo que permite crear un clima de complicidad sin que otros se enteren.
Después: se puede usar para mantener el interés en la relación, haciéndole saber a la otra persona que el encuentro fue agradable y repetible.