
El punto es que se descubre un desequilibrio entre los proyectos particulares y los comunes, en el que los primeros crecen en detrimento de los otros. Los síntomas más significativos de que la competencia entre ambos se está yendo de las manos son cuando ninguno de los dos está dispuesto a renunciar a sus proyectos individuales en beneficio de los comunes, cada logro personal es vivido como una posibilidad de ejercer poder sobre el otro o que se sienta preocupación e incluso envidia ante los logros del otro.