A partir del fenómeno Demi Moore o Madonna, muchas mujeres de más de 40 se han animado a salir con jóvenes de menos de 30. Considerando los prejuicios, la mirada ajena y las dificultades de todo vínculo, estas relaciones, ¿están destinadas al fracaso? Más allá de los affaires momentáneos, este tipo de vínculos pueden llegar a constituir una pareja sólida. Dado que todas las relaciones se rigen por normas culturales, cuando alguna de ellas se quiebra (en este caso la edad) surgen cuestionamientos tanto propios como del entorno.
Es importante que un desafío así se asuma con honestidad y valentía, y que se tome con calma, de modo que ambos vayan descubriendo si están a la altura de las circunstancias. Para afrontar las miradas ajenas, el humor puede ser una gran herramienta. Si alguien cuestiona las intenciones de tu joven pareja, puedes bromear y responderle algo como: «¿Sabes lo que ve este chico tan buen mozo en mi? ¡Mi dinero!».
Exponer las limitaciones ajenas te liberará de las presiones. Una comunicación fluida en la que los dos expresen qué esperan y desean con este vínculo, contribuirá para que ninguno sea lastimado. Es clave que vivan la relación como una «pareja» igualitaria, más allá de las diferencias.