Los científicos siguen dando vueltas a la pregunta de qué es el amor y por qué surge. Así, en la Universidad Stony Brook, de Nueva York, realizaron un estudio en el que participaron jóvenes que se habían enamorado recientemente y personas casadas desde hace más de veinte años que afirmaban seguir enamoradas.
Se escanearon sus cerebros para ver qué áreas estaban activas cuando miraban una foto de sus amados; pues bien, en los recién enamorados, correspondían a las más ricas en dopamina, es decir, las relacionadas con el placer y la sensación adictiva de sentirse bien, y en los casados, además, se activaban otras ricas en oxitocina, sustancia relacionada con el apego a largo plazo y la monogamia. Se concluyó que la dopamina juega un gran papel en la excitación del amor, y la oxitocina, en el sentimiento más calmado del apego amoroso.