No existe ninguna fórmula ni teoría universal respecto a las uniones duraderas y, como todo lo desconocido, nadie puede garantizar ningún resultado certero pero, sin duda, conocerse en profundidad y en lo cotidiano allana el camino para que una pareja se afiance. Pero nadie está en condiciones aún de firmar una receta mágica y sin margen de error. La licenciada Berta Sperber nos habla sobre los problemas que surgen en la convivencia y cómo podemos superarlos.
-¿La clave está en convivir tiempo antes de casarse? ¿Hay garantías de un matrimonio exitoso?
Hoy en día ya es una modalidad pero no es la clave. Las personas que conviven un tiempo antes de casarse son algo nuevo dentro del modelo social. Antes no existía esa posibilidad o no estaba bien vista. Muchas veces lo que se ve es que eso no es garantía de lo que va a pasar cuando se instale el matrimonio. Ahí es cuando la programación o el modelo visto en la infancia se ponen realmente en marcha, al igual que cuando nace el primer hijo.
– El esquema tradicional de mujer que espera el matrimonio para dedicarse a su casa se ha modificado con los años, ¿eso hace que sea más visible el aumento de divorcios?
Si claro, los modelos han ido mutando, adecuándose a las condiciones sociales y culturales. Hoy en día ese es uno de los tantos esquemas que tiene la mujer: están las que sueñan con dedicarse a la casa y están las que quieren mantener su desarrollo personal y por eso postergan el nacimiento de los hijos. Esta última también suele ser una variable de separación. Luego, podemos mencionar otro modelo de mujeres que se dedican excesivamente al cuidado del primer y segundo hijo, y el hombre se siente desplazado. El divorcio ya no es un innorribrable, un tabú, sino que es una opción aceptada socialmente.