Aquello que decían nuestros abuelos, sobre to que un hombre debe ser, ha quedado en el pasado. Si a la familia llegó un bebé varón, sería muy positivo que renovemos nuestros viejos conceptos y conozcamos las claves de los hombres del futuro, para poder transmitírselas a nuestros hijos positivamente.
Es bueno asumir que nadie es omnipotente ni infalible, sin importar su género.
No sos menos hombre por tener emociones y sentimientos; ¡eres humano! El respeto, la igualdad y la corresponsabilidad de los sexos son rasgos invaluables.
Comprometernos con lo que hacemos y con quienes nos rodean -asumir las responsabilidades- no tiene por qué ser una carga, sino que nos permite crear vínculos más profundos.
Es importante centrarnos más en el ser y no tanto en el tener. Dedicarle tiempo a tus seres queridos, o a vos mismo (con actividades recreativas), es más saludable que estresarte en el trabajo para poder comprarte un auto nuevo.
Las caricias, los abrazos y el contacto con quienes queremos nos hacen sentir bien. Conectarnos con el placer propio y ajeno es central.