¿Siente que lo manejan?, ¿siempre son otras personas quienes terminan decidiendo sobre asuntos de su vida? Entonces, está siendo víctima de un manipulador.
Aprenda a liberarse de su influencia desarrollando ciertas tácticas y recursos personales.
Los manipuladores son especialistas en el arte de la persuasión. De esta manera, desarrollan una personalidad envolvente, seductora y carismática, que les permite atraer a los demás hacia sus redes. No obstante, siempre existen «manipuladores antipáticos» que desconocen cómo actuar asertivamente y resuelven sus problemas recurriendo a la agresividad. Así, imponen su punto de vista, sus derechos o la satisfacción de sus necesidades, empleando estrategias que generan miedo, culpa o vergüenza. Su violencia puede ser «activa», cuando emplean la amenaza o la presión, o «pasiva», mediante el sabotaje, la inhibición, la crítica, la descalificación, la mentira o la destrucción de la autoestima ajena.
¿Cómo reconocerlos?
Identificar a una persona manipuladora puede resultar una tarea muy sencilla: transitan por la vida tratando de imponer sus condiciones e intereses, y frecuentemente se permiten juzgar, criticar, recriminar, intimidar o devaluar a otras personas con más o menos descaro. Muchas veces, se aprovechan de una relación personal para satisfacer sus necesidades o conseguir sus fines aún a costa de «pisarle la cabeza» a un compañero. El psicólogo Juan Carlos Vicente Casado, autor del libro Manipuladores Cotidianos, asegura que «una persona intenta manipularlo cuando le sugiere o dice lo que tiene que hacer de tal forma que se beneficie más que uno mismo; o cuando percibe una amenaza o siente miedo, culpa o vergüenza. Si está haciendo algo contra su voluntad, principios, valores o metas, alguien lo está manipulando. Se está aprovechando de usted».