No se trata simplemente de técnicas para el mejor desempeño, aunque sin duda éstas ayudan a mejorar la calidad de los encuentros. Pero además de las técnicas está la cuestión emocional, los sentimientos. Sentimos porque tenemos sensibilidad, emociones, vibraciones que surgen de nuestro interior, que mediatizan el impulso, que lo convierten en energía amorosa y que nos convierten en seres amantes: deseosos de amar y ser amados.
El buen sexo es la expresión de una relación que se construye desde la atracción natural (biológica) y se nutre tanto de la pasión como de la cultura: son los códigos compartidos lo que diferencia al amor sexual del sexo instintivo de los animales. Una pareja genera el buen sexo desde la interpretación correspondida de los sentimientos que los impulsan a reunirse, a volverse a encontrar en la recreación del deseo.