
– No piensas en lo que los demás piensan de ti. Es un veneno para la amistad y las relaciones familiares. Acéptate tal y como eres y no busques la aprobación de los demás.
– No seas ácido, crítico, demoledor: no se puede ir por la vida dando manotazos a diestra y siniestra.
– Confía en que las personas son buenas mientras no se demuestre lo contrario: cualquier ser humano, visto suficientemente de cerca y con ojos piadosos, terminará por parecerte una persona entrañable. (Plotino decía que todo es bello para el que tiene el alma bella); es cuestión de entenderle con compasión, de no etiquetarle por detalles de poca importancia ni juzgarle por la primera impresión externa.