Aunque estemos seguros de que nuestra pareja nos demuestra su amor de varias formas, en ocasiones es normal sentirnos inseguros al percatarnos de que no somos los únicos que recibimos su atención y devoción. Pero lo peor para nosotros es que no podemos sentirnos celosos de un sujeto en particular, sino de una abstracción, por lo que parece absurdo albergar sentimientos de esa clase. ¿Qué hacer?
1. Abandonar el pánico: Esos sentimientos no nos convierten el psicópatas. En lugar de sentir temor, abordemos la sensación, qué es exactamente lo que nos hace sentir de esa forma: ¿dedica demasiado a los partidos de futbol o nos desagrada la relación con los amigos de ese círculo? ¿Ella realmente sustituye algo de su relación con un nuevo hobby o sólo que anhelas mayor atención?
2. Hablarlo: Deberá ser una plática tranquila y despojada de drama, más bien llevada con buen humor: «Parece cosa de risa, pero me da un poco de celos el club de lectura, ¿son esos libros más simpáticos que yo?» Mira a dónde les conduce. Quizá el otro ni se haya dado cuenta de su conducta.
3. Recuperar la confianza: Si nuestra pareja nos dice que nuestra percepción es errónea, confiemos en ella y observemos si se opera algún cambio. Pero si la situación no cambia, lleva el tema a una nivel más profundo.