Tres frases que siempre acaban en discusión

Algunas de las discusiones más frecuentes vienen por estas tres frases establecidas que adoptamos casi sin darnos cuenta, dice Don Ferguson, autor de Reptiles enamorados (Editorial Granica).

«Tu familia tiene la culpa». Atacar a la pareja utilizando información sobre su familia es una traición y deja marca en la relación. Respira profundamente con el abdomen un par de veces y pregúntate por qué estáis discutiendo realmente y qué hay detrás.

«Siempre me dejas sola». Acusas a tu pareja de ser predecible y de no atender tus necesidades. Aunque así sea, si se lo recriminas, no ayudarás a que cambie de actitud. Mejor pídele amablemente lo que deseas; así le das la oportunidad de mejorar, en lugar de discutir sobre sus cualidades.

«Si me amas, sabrás lo que necesito». Es común creer que quien nos quiere nos puede leer la mente. Aunque en ocasiones es posible esa conexión, resulta más efectivo pedir lo que uno necesita, y no poner al otro a prueba a cada instante. Piensa si te resulta difícil pedir lo que quieres o si es que crees que no vas a recibirlo. Intenta expresarte, y sabrás si es que tu compañero no era consciente de tu necesidad o, sencillamente, no puede satisfacerla.

Scroll al inicio