Sorpresas que ellos adoran

Mimarlo con alguna de estas emociones inesperadas te asegurara que las cosas nunca se tomen aburridas entre las sábanas.

Ponte fogosa antes de refrescarte

Al volver a tu casa después de un largo día de oficina, luego del gym o de un feroz ataque de shopping. tu inclinación natural es higienizarte y recuperar la compostura. Por experiencia sabemos que esto puede llevarte desde -tan sólo- 15 minutos hasta, bueno… la eternidad. Y si bien tu hombre adora que huelas a rosas, no siempre quiere esperar para empezar con el placer. «Un fin de semana, mi novia y yo hicimos una larga caminata y cuando llegamos a casa estábamos agotados», cuenta Tomás, de 27 años. «Asumí que ella se zambulliría de lleno en la ducha pero en lugar de eso, me agarró de la mano y me condujo al dormitorio. Digamos que allí concluí mi ejercicio».

Despiertalo para eso

Todo hombre fantasea con la idea de ser despertado por una mujer lista para empezar la acción bajo las sábanas. Eso no sólo se siente muy hot, también hay un elemento práctico para el mañanero -el hombre en general siempre está listo para el sexo-. «Lo mejor que mi chica haya hecho jamás fue un domingo a la mañana, cuando me despertó yendo ahí abajo», dice Carlos, de 25 años. «Al principio, seguía dormido, no sabía si era real; pero cuando me di atenta de lo que estaba pasando fue mejor que cualquiera de mis sueños».

No te desvistas del todo

La desnudez es maravillosa. Pero cuando ocasionalmente te dejas puesta una prenda mientras lo haces, el gesto indica que no aguantabas un segundo más para intimar… y eso es hot «A nú diica le encantan los rapiditos y. cuando sucedéis, ella se deja algo puesto», dice Juan, de 21 años. Entonces, levántate la falda o déjate puesta la remera: a él no le va a molestar maniobrar un poco.

Enciende la luz

Para entender por qué a un hombre le encanta cuando una chica deja la luz prendida mientras lo están haciendo, presta atención a lo que cuenta Esteban, de 31 años: «Esta chica que yo creía muy conservadora me sorprendió cuando prendió las luces. Me fascinó ver su cuerpo, pero lo mejor fue imaginarme qué cosa impredecible haría después». La mayor parte de las mujeres no están preparadas psicológicamente para darnos una visión total, completa. Así que cuando nos encontramos con una que sí lo hace es un shock tentador. Además, nos hace sentir que nuestra desnudez también las excita.

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