El sexo y la risa

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Quizás te has preguntados que tiene que ver una cosa con otra, ¿acaso el sexo no es un asunto para tomarlo en serio? La respuesta dependerá de tu sentido del humor y de la capacidad que tengas de reírte de ti misma. Sonríe.

El sentido del humor

El sentido del humor es la capacidad de relativizar el significado de las cosas que nos ocurren o que nos rodean y, en cualquier caso, una forma de entender y de enfrentarse a la vida. por supuesto que su desarrollo y expresión tienen que ver con la educación que hemos recibido, con el temperamento, la moral, etc. Sin embargo, un sentido del humor bien desarrollado tiene mucho que ver con la seriedad con que nos tomamos a nosotros mismos, cuestión esta que suele ser inversamente proporcional a nuestra madurez.

De cualquier modo, el humor y su consecuencia directa que es la risa están por encima de todo convencionalismo y hacen acto de presencia en situaciones cuya gravedad, en teoría, los desaconsejan: es proverbial la hilaridad que surge irreprimible en los funerales o en cualquier situación solemne y que hace las veces de válvula de escape para la tensión e incluso para la pena. La risa tiene otras muchas cualidades: puede hacernos llorar, es contagiosa, relajante, descarga tensiones e indefectiblemente proporciona una gran sensación de bienestar.

Risoterapia

La risoterapia es una técnica que mediante la risa consigue generar estados anímicos positivos que influyen en nuestro cuerpo y nuestra mente. Su desarrollo tuvo lugar en Estados Unidos en la década de los setenta en la que adquirió gran popularidad gracias al caso de Norman Cousins, un famoso editor y crítico a quien con cincuenta años le fue diagnosticada una espondilitis anquilosante (una variedad de artritis), enfermedad muy dolorosa que lo dejó postrado y para la que no existía cura. Gracias al comentario de un médico acerca de la conveniencia de no desanimarse, Cousins comenzó por ver películas cómicas con las que reía a carcajadas y comprobó que el dolor que sentía disminuía durante horas por el simple hecho de reír unos minutos, de hecho, de este modo, mejoraron notablemente su insomnio y la depresión que estaba sufriendo hasta que finalmente consiguió superar su enfermedad.

Desde la difusión de este caso a nivel internacional, se han estudiado en profundidad los efectos de la risa tanto mental como físicamente. El Dr. William Fry, conocido por el doctor del humor, ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional a documentar los efectos beneficiosos de la risa y ha llegado a definirla como un verdadero masaje interno que consigue volver a poner a punto el organismo, igual, asegura, que si nos rasguearan como si fuésemos una enorme guitarra. Se trata de una experiencia orgánica total en la que participan los principales sistemas y aparatos del organismo, como el muscular, nervioso, cardiaco, cerebral y digestivo y en la que aparecen dos etapas: estimulación de la salud y relajación profunda.

La risa y el orgasmo

Entendida la risa como una experiencia orgánica muy intensa y restauradora, es tentador establecer similitudes con el orgasmo. Se dice que la risa es el orgasmo del rostro, haciendo esta frase referencia a la capacidad de la carcajada para movilizar la mayor parte de la musculatura facial (después de una sesión intensa de risotadas es fácil experimentar dolor en los músculos de la mandíbula y del abdomen e incluso agujetas), aunque todos sabemos por experiencia que sus efectos no se detienen por debajo del cuello, de hecho su efecto sobre la musculatura es tan potente que es común la expresión, «partirse de risa», ya que hasta los abdominales ceden y hacen literalmente que nos doblemos sobre nosotros mismos.

El orgasmo por su parte es un reflejo que moviliza igualmente una buena parte de la musculatura corporal, incluida la del rostro, que adopta expresiones que van desde el dolor a las de una intensa felicidad. En cualquier caso la consecuencia es una enorme descarga de tensión que produce gran bienestar y una intensa relajación que nos deja como nuevos. La combinación de risa y sexo puede ser, sin embargo, algo comprometida ya que podría tomarse por una burla (imagina que tu pareja se ríe cuando te desnudas o cuando estás esforzándote en estimularla). El sexo, superados los preliminares, necesita de algo de seriedad y de un mínimo de concentración, pero esto no quiere decir que el buen humor no ayude a mejorarlo, contribuyendo a la desinhibición y la complicidad en la pareja.

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